El mariscal herraba los caballos del rey, y creía que la casa sería para él. – Kovář koval podkovy královým koním a myslel si, že dům bude jeho.[1],[2]
Jesús le dijo: Sígueme y deja que los muertos hierren a sus muertos. – Ježíš mu řekl: Následuj mě a nech mrtvé, ať okovávají své mrtvé.
24º Item, ordenaron y mandaron que todas las personas que tuvieren ganados de cabras, ovejas, puercos e vacas, las hierren y señalen cada uno de (propia) señal (distintiva) y hierro, para que puedan conocer[3]